Supongo que gracias a Steve Jobs y a su odio por los botones, los smartphones (menos los Blackberry) de hoy en día descubren que sus antepasados tenían botones, y más aún: ¡tenían cola!
Supongo que gracias a Steve Jobs y a su odio por los botones, los smartphones (menos los Blackberry) de hoy en día descubren que sus antepasados tenían botones, y más aún: ¡tenían cola!